A propósito del último Alertbox de Jakob Nielsen: Modelos Mentales, me viene a la cabeza una experiencia personal que he compartido en alguna clase para explicar qué es un modelo mental.
Hace cosa de bastantes años mi padre, una persona jubilada, le dio por ocupar su tiempo libre aprendiendo mecanografía. Al principio empezó a utilizar una vieja máquina de escribir, de las de hierro de toda la vida, que aún andaba por casa. Un domingo que fui a comer a casa le animé a que utilizara mi viejo ordenador. Hasta la fecha no había tocado un ordenador en su vida, y me llevó varios fines de semana a que aprendiera a utilizar Word.
Al cabo de unos días recibí una llamada de él: me comentaba, un poco angustiado, que había escrito muchas páginas y “la barrita de la derecha se había hecho muy pequeña y se acababa (…), que cómo lo hacía para seguir escribiendo”.
Me costó lo suyo comprender por teléfono a qué se refería con la barrita de la derecha… ¡La barra de desplazamiento! Tardé un buen rato en explicarle que podía continuar escribiendo sin problemas, que el documento “no se acababa”, y podía escribir todas las páginas que quisiera.
En el mundo real, una libreta, un montón de folios, un vaso de agua… tienen su fin, un límite. En un documento electrónico no, no hay percepción de fin (al menos hasta lo que dé el disco duro), de ahí el modelo mental heredado del mundo real: de capacidad limitada.
También los elementos laterales del programa: barra de herramientas, menú, barra de desplazamiento… nos distraen del foco principal de la tarea, y hacen que, por ejemplo, nos preguntemos para qué sirven. En ese sentido aplicaciones como Writer para iPad, creado por la gente de IA, parecen resolver ese problema, centrándose en el foco principal de la tarea, en este caso escribir, eliminando del espacio de trabajo todo lo que no sea necesario y a la vez acercarse al modelo mental del usuario.
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Buen artículo. Yo utilizo WriteRoom para Mac por el mismo motivo de las distracciones, aún así creo que me costaría un rato explicarle su uso a mi padre… :)
Un saludo!
Una història genial!
Ei! pensava que ja te l’havia explicat en algun «beards and beers«.
Un altre dia explicaré l’epopeia que va suposar guardar arxius i crear carpetes…