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Intervenciones superficiales

15 Feb, 2013, por Sergio.

En la calle Bon Pastor de Barcelona, hay una pequeña joya arquitectónica escondida en un callejón en pleno centro de la ciudad, se trata de la intervención que el artista Joan Brossa realizó para la fachada del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Barcelona.

Un edificio oscuro en el cual el artista superpuso grandes letras de colores que indican el nombre de la institución. En el espacio que queda entre las ventanas, las mismas letras se agrupan verticalmente siguiendo un orden sistemático y alfabético. Luego, si sois capaces de no romperos el cuello y mirar más arriba, en el tejado, veréis que sobre el edificio se posa una gigantesca langosta de acero, diseñada por Brossa y realizada por el pintor Josep Pla-Narbona.

Fachada del Col·legi d'Aparelladors de Barcelona, de Joan Brossa

Cuando le preguntaron a Brossa por la elección de aquel insecto, este permaneció callado esbozando una de sus sonrisas picaruelas, asegurando de que se trataba de un “homenaje inconsciente al talento de los aparejadores”.

Una sola pantalla, a veces el rediseño de una sola pantalla puede provocar debates internos que generan cambios estructurales en una organización y en la forma de trabajar de sus miembros. Porque, por muy funcional que queramos que sea nuestro trabajo, este se presta siempre a la interpretación. La función siempre choca o se solapa inevitablemente con el significado.

 

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